lunes, 16 de julio de 2007

A MIS HERMANOS


A vosotros, queridas almas en Cristo


A vosotros, queridas almas en Cristo. Yo vuestro hermano Santiago, os animo para ser una sola cosa con Aquél que, os ha señalado, para ser la sal y la levadura de este tiempo y ha estar fortificados en Su Luz, para no ser disuadidos por el maligno y toda la raza de los Caines.


Ya que el tiempo que les queda, es muy corto y ellos lo saben bien. Y es por eso, que intentan y quieren a toda costa llevarse por delante todo lo que puedan, no escatimando nada en toda clase de resortes, para ganar esta Gran Batalla de Armaghedon.


Van a la desesperada, su odio y su venganza va más allá de los límites permitidos y no ahorran nada, para poder ganar y presentarse a Dios, como los únicos vencedores de esta batalla contra el hombre y contra los propios Ángeles del Señor.


Permaneced unidos y estad atentos y fortificados en el espíritu.

Con amor, Santiago