EL CONSOLADOR PROMETIDO
REGRESA
A Ti Hermano del alma, que después de un tiempo de haberte tenido con nosotros partiste para cumplir aquello que el Padre te había pedido, para gozo y alegría de todos nosotros. Hoy que ha transcurrido, aquella fecha tan significativa, ha vuelto la esperanza de poderte abrazar de nuevo.
Tu, que llevas la obra del Padre y comandas la “Nueva Jerusalén” junto al Comandante y Jefe Santo de todas las naves celestes de este Sistema Solar. La que descenderá del cielo y no conocerá las aguas, para salvación de muchos y alegría y dicha de todos los elegidos.
Espero con suma ansiedad ese día que esta ya a la puerta, para poderte besar y sentir junto a ti esa felicidad que tanto anhelo.
Santiago el hermano del Señor